Sí, es inevitable, nos encanta aconsejar a cuanta persona se nos pare enfrente, nos encanta decirles como deben hacer las cosas, claro, es "por su bien".
A las personas les encanta resolver los problemas de los demás, a pesar de lo introvertida que puedo ser, yo soy una de esas personas, consejo ligado con cara de sobrada es lo mejor que puedo hacer, en serio, veo algo y siempre digo: "la gente si se enrolla por nada", y de una vez salto a meter la cucharada, pero definitivamente después de estos días que he vivido, creo que me limitaré a esperar que pregunten por mi opinión.
Estos últimos meses han desfilado una cantidad inimaginable de personas (amigos y no), que quieren darme su consejo de como debo manejar mi vida ahora que ya no soy un plural, ahora que tengo mi propio negocio, ahora que regreso a casa. No me quejo, para nada, sé que algunos son buenos amigos y de corazón quieren mi bien, pero de verdad me asombraron tanto tanto tanto, que no me pude aguantar.
Quizás este post es algo melancólico, pero si este blog se trata de la vida misma, no puedo dejar a un lado mis pensamientos en estos momentos.
Créanme, los consejos que me han dado van desde lo más simple hasta lo más bizarro, si les hago caso a los extremos, en estos momentos estaría casada con un millonario de lo más aburrida viéndome las uñas, o estaría en Japón concursando en un programa de tv de lo más descabellado. Quizás ambos extremos son buenas ideas, pero no son mis ideas.
Les voy a contar una mini-historia que realmente no me da vergüenza contar porque sé que muchos han pasado por ella:
En una de esas noches interminables en la que crees que el mundo te odio (cosa que al día siguiente descubres que es mentira), un viejo amigo me escribe para reportarse como es tradición cada 3 meses, y con mi mejor actuación dramática le cuento como el mundo la tiene agarrada en mi contra, solamente me contestó (y me perdonan lo coloquial pero es la pura verdad): verga negrita!! que jodido, tranquila echa pa' fuera que yo te escucho... en ese justo momento se me paso el drama...
Descubrí que es más valioso un amigo que sabe escuchar y habla cuando se debe hablar, al que quiere "ayudarte" y resolver todos tus problemas.
Para finalizar, gracias a los que han querido decirme que debo hacer para "vivir la vida", gracias... de verdad, quizás mañana si los escuche y les haga caso, pero hoy solo les tengo una respuesta:
yo se crecer, pero a mi ritmo y a mi manera...