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jueves, 15 de julio de 2010

Mis 7 pecados capitales


Todos hemos escuchado de los 7 pecados capitales (con manzanita incluida), esos pecados con que nos han torturado durante años diciéndonos que jamás y nunca debemos sentir o si no iremos al infierno; sin embargo en estos últimos años se ha vuelto una moda hablar de ellos e incluso podría jurar que todos hemos tratado de catalogarnos con alguno, pero por experiencia propia, considero que es algo simplista decir que solamente hemos sentido uno sólo, creo que todos nosotros hemos pasado por los 7; si, los 7 completicos: Lujuria, Gula, Avaricia, Pereza, Ira, Envidia y Soberbia.

Ahora bien, ¿qué significa pasar por cada uno de estos pecados? ¿Qué somos malos? ¿Qué iremos al infierno? ¿Qué somos modernos? O qué somos simplemente humanos y estamos a la orden del día para caer en ellos; no estoy justificando los errores del ser humano y mucho menos estoy diciendo que no presten atención a sus creencias religiosas, solamente trato de explicar mi punto de vista de cómo cada uno de nosotros podemos sentirlos sin ser las peores personas, así que aquí está mi versión de los 7 pecados, porque siento que los he vivido todos, así que paciencia que esto apenas comienza.

· Lujuria: punto extremo de la adicción al sexo, pero si bien lo dijo Sigmund Freud “todo gira en torno al sexo” y con el bombardeo que hemos sufrido estos últimos años con respecto a la sexualidad, hay que estar viviendo en Júpiter como para no sentir deseos constantemente por otra persona. Lo que realmente me preocupa de esto y no tiene nada que ver con hacerlo o no hacerlo, es que se está perdiendo el verdadero significado de conexión sentimental entre dos personas, siento que los jóvenes sólo quieren placer y no quieren experimentar el sentimiento como tal de estar con la persona amada, lo peor es que dejan pasar algo que es realmente importante y valioso para el crecimiento como persona.

· Gula: consumo irracional, válgame Dios, hoy en día somos más consumistas que nunca, ahora hay tanta variedad y tantas cosas que sentimos que las necesitamos todas, ¿para qué? No sabemos, pero las necesitamos.

Con respecto a las comidas y bebidas, con el auge de las ferias de comida en cada esquina de la ciudad, cada vez somos más propensos a caer en las fauces de la glotonería, ya que realmente nos atacan con todo, mensajes subliminales que te llenan la mente y el cuerpo de ansiedad.

Ni hablar de la tecnología, somos capaces de empeñar nuestra alma si con eso conseguimos estar siempre a la moda con productos que necesitamos o si no morimos.

· Avaricia: adquisición en exceso de riquezas, que levante la mano la primera persona que no quiera estar cómoda económicamente y un poco más allá, por favor, la sociedad y el sistema nos grita una y otra vez sobre que tan importante somos en el mundo dependiendo de nuestra cuenta bancaria, como no querer desear más si todo lo que está a nuestro alrededor nos grita que debemos tener más. El problema es que queremos esa riqueza de la manera más cómoda y fácil posible, es por ello que la estafa, corrupción y demás artimañas nos carcome la vida y la existencia, haciendo que los actos honestos se entierren totalmente.

· Pereza: ocio en la vida y en los pensamientos, una tragedia sin duda alguna, pero si analizas la situación, hoy en día existen miles de productos para que tengas que hacer el menor esfuerzo tanto físico como mental, la televisión está minada de productos que te ejercitan sin el menor esfuerzo; Internet está lleno de cosas que hacen que pienses cada vez menos y no tengas tu propio punto de vista, ahora todo está más a la mano y no es necesario aquellas jornadas para conseguirlo y mucho menos para merecerlo, así que como podemos exigir mayor creatividad y menor sedentarismo si cada vez exigimos y generamos productos que hacen más fácil la vida.

· Ira: exceso de odio y rabia, considero que es el pecado más peligroso de todos, la ira nos puede llevar a realizar acciones que nos dañan a nosotros mismos y a los demás, sin embargo, este sentimiento de odio es cada vez más latente entre las personas, pareciera que la tolerancia y la camarería entre las personas se ha perdido totalmente, ahora pareciera que la mejor manera de ganar simpatizantes es alimentándole la rabia y el resentimiento hacia nuestro hermano, pero si nuestros líderes nos alimentan la rabia definitivamente todo se ha perdido.

· Envidia: deseo insaciable por las cosas de los demás, este pecado no sólo está ligado a cosas materiales sino a un plano más general, como les decía en los puntos anteriores, si cada vez somos más atacados por el consumismo y el resentimiento hacia el prójimo, es natural que la envidia florezca entre las reinas del siglo XXI. Cada día hay más y más personas en el mundo, por lo que los bienes y recursos se están haciendo más escasos, y si esos bienes son los que marcan la posibilidad de encajar en el sistema, por supuesto que el ser humano se vuelve un envidioso maligno, lo peor es que nunca se sentirá satisfecho.

· Soberbia: considerada la fuente de la que derivan los otros pecados capitales. Diría Al Pacino en la película El Abogado del Diablo: “Vanidad, mi pecado favorito”; el ser humano siempre puede estar en los dos extremos, puede sentirse la peor basura del mundo, como también puede sentirse sobrevalorado, puede sentir que se merece el mundo y como tal todos deben rendirse ante él. La arrogancia, la cual se ha considerado como una virtud hoy en día, está plagando a las personas, es mayor la cantidad de jóvenes que sólo quieren sobresalir por el simple placer de humillar a los demás, ahora sólo se desea el reconocimiento como un ser superior y no como un ser humano.

Señores, aquí está mi percepción actual de los 7 pecados capitales, y para concluir, a la final no somos los villanos del cuento, sólo somos víctimas de nosotros mismos, que creamos sistemas y jerarquías buscando un mejor mañana, sin darnos cuenta que caemos más y más en los mismos errores.

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