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lunes, 20 de septiembre de 2010

La princesa en la torre

En todos los cuentos infantiles viejos siempre hay una princesa en la torre más alta que necesita ser rescatada... oye, ¿ya se terminó el cliché estúpido de que la mujer necesita ser rescatada por el hombre verdad?

Vaya paradigma que cargaron las mujeres hace años, menos mal que eso ya se terminó y ha quedado muy claro que las mujeres ya no esperan al (inexistente) príncipe azul; pero por otra parte ahora estoy observando que se está creando otro que no es grave, pero que en lo particular a mi me preocupa. 

Es verdad, nosotras no necesitamos que nos corten la carne y nos alimenten, pero ¿qué paso con los detalles de los hombres hacia las mujeres?

A más de uno le he escuchado decir las siguientes oraciones: 
  • Bueno a ti no te gusta ser una mujer independiente, entonces para qué quieres que te acompañe?
  • Por qué te tengo que comprar algo si tú te puedes comprar todo lo que quieres?
  • Te invito a comer pero pagas tú, quien te manda a ganar más que yo.
  • Conmigo no va eso de los cariños en público, total, las mujeres de hoy en día ya no lo necesitan.
  • Hazlo tú, no te crees super-mujer pues.
Mejor me detengo porque me da la histeria si sigo... jejeje...

Pues les cuento algo, yo soy una profesional que trabaja y gana su propio dinero y que siempre pone su parte de los gastos, pero sin duda alguna amo los detalles que tiene mi pareja conmigo, y considero que eso no me hace ser menos feminista y mucho menos una atenida del hombre, es solamente que me gustan los mimos como a muchas otras mujeres (quizás son secuelas de ser hija única).

Me encanta que me regale flores, que me diga cuando estoy más bonita, que me acompañe a reuniones sociales, que me lleve al cine a ver películas cursis, que comparta conmigo el control del tv, que me de regalos porque si, y sobretodo que me abrace y me haga sentir protegida; para mi eso vale muchisimo, pero eso si, nunca me han gustado los hombres-títeres. 

No se ustedes mujeres, pero yo no quiero un príncipe azul que me mantenga, pero si me gusta tratar como a un rey a un hombre de carne y hueso que sabe perfectamente que yo no soy una princesa de cuento de hadas, pero sin embargo se esfuerza en tratarme como a una reina.

lunes, 13 de septiembre de 2010

De nuevo a la batalla

Hoy comenzamos clases de nuevo en mi universidad, se acabaron las vacaciones... algunos darán las gracias de que se acabaron y otros llorarán, siempre ha sido así. 

Por mi parte, estoy preparando mis jugadas con toda la calma posible, estos últimos meses del año son cruciales para mi con respecto a la universidad y aunque parezca mentira sonrío...

Este mes cumplo 5 años dando clases a nivel universitario, 2 años en el Santiago Mariño, 1 año es la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales y justamente este mes cumplo 3 años en la Facultad de Ingeniería... 

Cinco años... que rápido se pasa el tiempo cuando uno disfruta lo que hace...

He conocido tantos jóvenes talentosos durante estos años, a tanta gente luchadora que si bien la vida no les ha sido justa, ellos no se han rendido; algunos los recuerdo con más cariño que a otros no lo voy a negar, pero es imposible sacarme del corazón a esos alumnos que de alguna u otra manera me enseñaron tanto.

Confieso que he metido la pata muchas veces dando clases, pero a la final siempre me río, si mis alumnos han sabido perdonar mis errores por que yo no habría de hacerlo, lo bueno es que siempre reconocí cuando me equivoque y con toda la valentía posible, pero todos saben que soy humana, y nunca he tenido la verdad absoluta en mis manos.

¿Se puede agradecer a más de 300 personas? 

lunes, 6 de septiembre de 2010

No es un mandamiento ser la diva del momento

Con esta frase de la canción el estuche de Aterciopelados inicio el post de esta semana:

"No es un mandamiento ser la diva del momento..."

Primero debo confesar que durante varios años maneje la idea de hacerme la mamoplastia de aumento, nunca lo hice por la razón más importante de todas, el dinero, pero ahora con tantos planes de financiamiento me he estado preguntando, ¿por qué no me la hago?

Tan simple como que soy una cobarde, y no tiene nada que ver con que creo en la idea de que uno se debe aceptar tal cual como es, nop, simplemente soy una cobarde, ahora, ¿pensar en esto me hace traicionar mis propios principios de mujer?

Hace poco casi me da un infarto cuando me entere que se venden libros para niños sobre lo bueno que es una cirugía plástica para sus madres, además ahora rifan y sortean operaciones a diestra y siniestra. Ya las niñas en sus 15 años no piden viajes ni fiestas, ahora sólo piden la operación de los senos o de la nariz, me impresiona como han cambiado las cosas, yo fui tan feliz en mis 15 porque por fin me dejaban maquillarme, jajaja, que loco!.

Sí, yo considero que una buena imagen personal es importante, pero no lo es todo, ha sido tan grande el bombardeo sobre lo importante que es verse bien que hasta hay momentos que yo misma me lo creo, YO, la mujer más segura, AHORA SE SIENTE LA MÁS INSEGURA con respecto a su cuerpo, y realmente no me importa mucho contarles mis miedos, sé que no soy la única.

Diablos!!! como extraño mis 20 años donde podía comer cuanto quisiera y verme perfecta, ahora tengo que mantener un estricto régimen alimenticio y de ejercicios para poder acercarme a algo parecido a ESTAR BUENA!!!, es que a las mujeres nos está tocando la peor parte: trabajar en la calle, trabajar en el hogar, ser madres, ser esposas, ser mujeres y de paso hacer dietas, uuff, y todo esto con tacones.

Por eso es que ya no me extraña para nada que en los infomerciales de la televisión se vendan más productos para hacer deporte sin esfuerzo que libros. Máquinas, cremas, electrodomésticos, jugos, inyecciones, pastillas, etc., etc., parece que todo ahora está destinado a que te veas bien buena, no importa tu estado emocional ni mucho menos tu felicidad, todo a tu alrededor está destinado para que te veas buena. 

Entonces, ¿la frase con que comencé el post es mentira? la verdad es que no debe ser una mentira y mucho menos una utopía, tengo y tenemos que meternos en la cabeza que lo importante es un cuerpo y una mente sana, nada de eso que una operación me hará sentir mejor mujer, nosotras debemos aprender que mujer es la que aprende a ser feliz respetando su cuerpo y respetando a todos a su alrededor. 

No critico a las personas que trabajan muy duro por verse tonificados y perfectos, me critico a mi misma y las mujeres que queremos vernos exactamente como ellos cuando en realidad no lo somos.

Por mi parte ahora tratare de volver a mis creencias originales, lo realmente importante son mis sentimientos, y no haré caso a esa voz que me dice que los cauchitos demás en mi cintura harán que el mundo me de la espalda.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mis zapatos

Hoy les hablare de una de mis debilidades: LOS ZAPATOS... 

Todo aquel que me conoce sabe que amo los zapatos, pero es que vivo y desvivo por un par nuevo, me encanta tener a mi disposición el modelo y el color que me provoque, además que siempre he pensado que no hay depresión que no resuelva unos hermosos zapatos.

Desde niña miro los zapatos de las personas en la calle tratando de averiguar su personalidad  -se muy bien que no soy la única que lo hace- y con esto por favor no pienses que soy superficial, como les dije, es uno de mis tantos defectos.

Debo confesar que en comparación con otras mujeres yo tengo pocos zapatos, tengo solamente 41 pares, la gran mayoría los uso claro está, pero considero que son pocos, muy dentro de mi hay una voz que dice que me faltan una gran variedad de modelos que necesito, no es mentira, los necesito.

A pesar de esto no me considero adicta, yo entiendo perfectamente que cuando no se puede, pues no se puede, y por más que sufra viéndolos a través del mostrador, me controlo; pero si tan sólo ustedes entendieran la emoción que siento al montarme en unos sublimes y cómodos zapatos, la sensación es incomparable, el corazón se me acelera y si me miras podrás notar que mis ojos brillan, es un amor especial, los zapatos son tan personales, y por mucha variedad que tengas, siempre tendrás un estilo que te definen.

Ahora bien, si te pones a pensar, cualquier experiencia que tengas con los zapatos la podemos extrapolar a la vida misma, aquí algunos de mis ejemplos:

  • Los nuevos: cuando tienes zapatos nuevos entras en la etapa de conocerlos y acostumbrarte a ellos, poco a poco debes conocer sus limitaciones y sus beneficios, pero jamás los debes juzgar tan sólo por una postura. Ahora dime, ¿en qué se diferencia esto a cuando conoces a una persona? jamás debemos juzgar a las personas por la primera impresión, hay que darles su tiempo y sobretodo dejarlos ser quienes son.
  • Los pequeños: hay ocasiones que aunque sabemos que los zapatos nos quedan muy ajustados nos empeñamos en comprarlos, mala idea, sabemos que a la final unos zapatos estrechos jamás nos dejarán ser nosotras; así pasa con algunas relaciones, aunque sabemos que esa persona es estrecha de mente nos empeñamos que podemos cambiarlos, sin darnos cuenta que pasamos por una agonía y por más que queramos, jamás cambiarán.
  • Los de punta: son hermosos, precioso, bellos y delicados, y lo mejor de todo es que te hacen ver super elegante, pero debemos tener cuidado, si no estamos acostumbrados a ellos lo más probable es que hagamos el ridículo, en otras palabras, si no demostramos lo que realmente somos, empezamos a engañarnos a nosotros mismo mostrando una cara que no somos, y estamos tan concentrados en aparentar que no vemos lo fuera de lugar que estamos.
  • De cuero: estos zapatos requieren de un cuidado especial, no debes tenerlos con el montón, sabes que de vez en cuando debes darle un cariñito y así conservar en el mejor estado posible la piel. Así debe ser una relación, poco a poco le debes brindar cariño a la otra persona, no dar nunca por hecho que como ya te pertenece, siempre estará ahí para ti, intactos, como si el tiempo y las experiencias no pasaran por ellos.
  • Sandalias: cómodas y versátiles, pero debes tener un cuidado especial con tus pies, así que si no eres capaz de cuidar tus pies es mejor que lo olvides. Así debe ser con tu cuerpo, ¿de qué vale tener todas las cosas que quieres si tú como persona no te cuidas? no importa cuanto dinero gastes en comprar vestuario, zapatos y accesorios para verte perfecta, si no estás bien contigo mismo, jamás encontrarás la belleza.
  • Los caros: hay zapatos que asumes que son buenísimos simplemente por donde lo compraste y por lo caros que te costaron, y lamentablemente algunas veces te dejan en la calle, se dañan o te maltratan. Algunas veces conocemos personas así, al principio te venden una imagen totalmente fresca y perfecta, cuando la realidad es otra, son personas destructivas que te contaminan y te bajan la autoestima y te das cuenta demasiado tarde lo caro que te costo creer con los ojos cerrados.
  • Los viejos: ya estas acostumbrado a ellos y sienten que son ideales para toca ocasión, aunque ya están muy pero muy gastados te niegas a botarlos. Oye! ¿cuál es el miedo a cambiar? estamos tan enfrascados en nuestras rutinas que nunca nos damos cuenta que el tiempo pasa y debemos renovar actividades, hobbys, vestuario, look, etc., etc., no dejes que el tiempo haga de las suyas en ti.
Créanme, les puedo dar un sin fin de ejemplos extrapolados, pero sabemos que no es la idea de este blog, ni mucho menos mi idea es darles lecciones de vida, son simples puntos de vista de otra simple mortal, recuerda que a veces las cosas se ven mejor desde otra parte.

Así que la próxima vez que compres unos zapatos, piensa muy bien si esos zapatos son realmente para ti ;)

P.D.: Inspirado en este blog que leí hace varios años http://fetichismoenlospies.blogspot.com